El estrés es el obstáculo para la vitalidad.
Esto no quiere decir que el estrés sea algo ‘malo’, seria algo así como decir que,por ejemplo, un cuchillo es ‘malo’ porque puede hacer daño, todo depende, lógicamente, del uso que apliquemos de esta herramienta.
Hemos de conseguir que el estrés sirva a nuestra vitalidad, ¿qué cómo se hace esto?, ¡ajá!, ese es el click de la cuestión, la dichosa pregunta ¿cómo?..
Pues la respuesta a esta pregunta está enlazada con la actitud emprendedora ante la vida, pero desde una perspectiva elevada, es decir, hemos de convertirnos en guerreros emprendedores para poder crecer bajo el estrés y con los desafios; hemos de entregarnos con liderazgo, elevación y decisiones efectivas; sin esta premisa, estamos literalmente perdidos ante el estrés..
Se hace necesario integrar en nuestro punto de ombligo el reto de convertirnos en maestros de nuestros propios niveles de vitalidad y estrés, como emprendedores, esto es primordial, saber manejar a antojo el inyectarnos vitalidad cuando la situación así lo requiera, así como activar los mecanismos de estrés en los momentos oportunos, simplemente esto es básico, y nos permitirá como emprendedores elevar el porcentaje de efectividad hacia niveles insospechados para nosotros.
Y la Disciplina es una clave para alcanzar este estado, mantener una disciplina de práctica en las técnicas adecuadas para entrenar a nuestro cuerpo y nuestra mente y, de este modo, fijar patrones de vitalidad y estrés, conseguir un comportamiento automático de nuestros sistemas de respuestas al estrés, ese es el punto, ni más ni menos, poner la vitalidad y el estrés a nuestro servicio.
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