Un artista no alineado se convierte, básicamente, en un adicto a la energía.
La no alineación implica ponerse uno al servicio de los recursos y fuentes de vitalidad y estrés, y no al revés, como sería lo deseable. De este modo, se va dependiendo, poco a poco, de las fuentes externas en lugar de ir integrando en los propios procesos de biorritmo las herramientas de captación y canalización de la energía.
Esto produce, también gradualmente, un gran sentimiento de aislamiento y decepción, y, además, genera el entorno idóneo para la aparición de una doble personalidad, una para el público, para los demás, para el resto del mundo, y la otra para sí mismo; ello genera una espiral hacia dentro, hacia la más profunda oscuridad, hacia el caos, muy pocas cosas hay peores que estas: la desconexión y la decepción.
Todo esto ocurre como un proceso rápido, rapidísimo, muy poderoso y es realmente muy, muy complicado salir de esta ‘red’; pero.., nunca es tarde, siempre hay una salida, siempre, siempre..
Se necesita real y verdadera inspiración, una inspiración que provoque un despertar, porque la gran, la inmensa, la mayor fuente de energía es.. la conexión con el propio interior de cada uno, y esto está relacionado con la coherencia: ¿quién soy yo realmente?, ¿es esto lo que realmente quiero hacer?.., se necesitan herramientas efectivas y definitivas que nos procuren esta conexión interior, y las hay, y funcionan, y están ahí, simplemente esperando a ser utilizadas para nosotros, para servirnos, para nuestra propia alineación..
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